Luego de leer el artículo "¡Qué hueva ser intelectual!" en http://www.milenio.com/node/396820 , me vinieron a la mente diversas ideas.
Primeramente me surgió la idea del fin de las ideologías, de izquierda, de derecha, o de lo que sea, las nuevas generaciones ya no nos comprometemos o nos "casamos" con alguna posición ideológica, tal pareciera que después de la caída del Muro de Berlín y el fin de la guerra fría, perdió sentido "ser de izquierda" y comprometerse con la causa.
Este cambio lo podemos apreciar incluso en la educación universitaria, los viejos planes de estudio que contenían materias relacionadas con el marxismo y que su bibliografía no era más que El capital han desaparecido de la currícula, ahora leer a Marx y a los marxistas es poco común, alguien me dijo una vez cuando vio mi Manifiesto del Partido Comunista que "para qué tenía ese libro, que eso ya había pasado de moda", como si las ideologías fueran una onda demodé. Pero yo conservo mi libro así como mis tomos de El capital aunque debo confesarlo que no los he leído completos.
Ahora parece que la nueva intelligencia mexicana no está comprometida, no sea sólo con la izquierda o con la derecha, ni siquiera con la sociedad, recuerdo que el año pasado en el II Congreso Nacional de Ciencias Sociales, al intentar dilucidar cual debe ser el papel de las ciencias sociales con el desarrollo nacional, se dijo que la sociología estaba perdiendo adeptos por culpa propia, porque ahora sus estudios se ocupan de las teorías sociológicas, pero no de la sociedad, y creo que esto le pasa igual a las nuevas generaciones.
Generaciones que vivieron en sus juventud las décadas de los sesenta y setenta tenían en que creer, creían que el camino de la izquierda era el camino del progreso, leían a Marx, a Engels, a los marxistas, militaban en la izquierda comunista. Ahora recuerdo que cuando ingresé a la Facultad de Ciencias Políticas, cuna de diversos destacados marxistas, me dijeron que en los ochentas, te decían en la facultad (cito de memoria): quien en primer semestre no es marxista es un “pendejo”, pero quien en tercer semestre sigue siendo marxista es todavía más “pendejo”, pero eso sí, nunca debes dejar de ser de izquierda ni de leer a Marx.
Pronto comprendí que gran parte de los estudios marxistas le habían hecho daño a Marx, que propiamente el marxismo no era Marx, sino una interpretación de éste.
Pero luego me dijeron (vuelvo a citar de memoria): quien en primer semestre no es perredista es un “pendejo”, pero quien en tercer semestre sigue siendo perredista es todavía más pendejo.
Todo esto viene a cuanto porque creo que es muy sintomático de la realidad mexicana, las generaciones de la primera mitad del siglo pasado de verdad que seguían como ideología a Marx, fueron capaces de armar un mega concierto como Avándaro (sin permiso), de sobrevivir el 68, el halconazo, de integrarse a las guerrillas social y urbana, cuenta José Woldenberg: “No resultaba sencillo acercarse a Marx. Era, así lo entendíamos, la fuente del conocimiento, la autoridad que (casi) nadie ponía en duda, pero se requería de una guía para no perderse en el denso bosque de su producción” (Memoria de la izquierda). La formación ideológica en torno a Marx fue fundamental, ahora no, ahora las nuevas generaciones tal vez no creemos en nada ni nos comprometemos con nada, la desideologización estoy (casi) seguro, es un mal que nos aqueja en la actualidad, aunque también sea sano preguntarnos por qué, por qué dejamos de lado a Marx, a la izquierda, a la lucha de clases, tal vez fue una teoría, un modelo agotado, pero entonces el problema fue que no creamos uno nuevo, que no nos importó ser desideologizados, que la teoría perdió su importancia, que nos dio hueva intentar ser intelectuales, intelectuales comprometido con la realidad, con la sociedad, con nosotros mismos.
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