martes, 16 de marzo de 2010

LOCKE Y EL ORÍGEN DEL ESTADO

Locke es considerado el padre del liberalismo individualista, su Segundo ensayo sobre el gobierno civil es la expresión de su pensamiento político y da lugar al nacimiento de la filosofía política liberal.
Locke, al igual que Hobbes y Rousseau, será un contractualista, pues su teoría también parte del contrato para tratar de entender la entrada de los hombres al orden social, a diferencia de Hobbbes quien pensaba que el estado natural era un estado de guerra, Locke pensaba que en el estado natural había completa libertad de los actos, propiedades y personas, e igualdad donde todo poder y jurisdicción son recíprocos y nadie tiene más que los otros.
La ley natural obliga, además, a no dañar la salud, la libertad o las posesiones de nadie, porque todos son hijos de Dios. En el estado de naturaleza cada uno posee el poder ejecutivo de la ley natural (Locke, 1976, par. 13).
Pero para Locke el estado de naturaleza no es un estado perfecto, ya que puede ser inseguro y los bienes no están bien guardados, y el hombre vive lleno de continuos peligros (parráfo 123), su situación no es buena, y es por eso que requiere formar una sociedad.
Locke defiende la autonomía de la esfera de la vida privada y con ello sienta las bases de la democracia.
Al establecer el derecho natural a la propiedad privada sienta las bases de ese derecho en la sociedad política. Para Locke el Estado es un medio y no un fin.
Para Locke los hombres tienen derecho a la libertad natural y no están sometidos a la voluntad de nadie más. Nacemos libres y racionales pero la edad es la que nos permite tener verdadera libertad y razón. La libertad del hombre en sociedad consiste en no estar sometido a otro Poder Legislativo que al que se somete por consentimiento dentro del Estado.
“Las personas que viven unidas formando un mismo cuerpo y que disponen de una ley común sancionada y de un organismo judicial al que recurrir, con una autoridad para decidir disputas entre ellos y castigar a los culpables, viven en sociedad civil los unos con los otros” (par. 87). Así, ese Estado surge para la defensa de la vida y de los bienes de sus agremiados.
Para Locke la forma legítima de gobierno se da cuando hay consentimiento, comunidad y gobierno de la mayoría.
La sociedad civil existe para la salvaguardia de bienes y vidas, si no es así no tiene razón de ser.
El consentimiento para formar una sociedad puede ser expreso (se entiende de suyo) o tácito (al aceptar vivir en un territorio dado disfrutando de bienes o tierras), con ello se somete a la soberanía de ese Estado.

Bibliografía:
Locke, John, Ensayo sobre el gobierno civil, Madrid, Aguilar, 1976.

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