domingo, 4 de abril de 2010

ESTRATEGIA ERRÓNEA

Luego de los hechos ocurridos en días pasados en Monterrey, en donde el narco a dado una respuesta frontal al gobierno (antes era al revés), se demostró que diversos gobiernos, municipales, estatales y federal, han sido rebasados por estas organizaciones, que cuentan con poder incluso para tomar por sorpresa a una ciudad, y bloquear sus vías de comunicación, y lo único que queda de manifiesto es que las policías están coludidas, que las autoridades son incapaces de hacerle frente a las organizaciones de narcotraficantes, que ellos están mejor preparados, mejor armados, que los estados cada vez se acercan más a ser estados fallidos, estados fracasados que son incapaces de cumplir una de sus funciones principales, que es la de dar seguridad a sus habitantes.

Antes de tenía la rupestre idea de que no había problema, mientras se matarán entre ellos, pero ahora hay balaceras en las calles y mueren ciudadanos comunes, como nos recuerda Gabriela Warketin, en su artículo “Ser joven, y no morir en el intento” (El País, 25 de marzo de 2010 http://www.elpais.com/articulo/internacional/Ser/joven/morir/intento/elpepuint/20100325elpepuint_6/Tes), la violencia de estos grupos ya ha alcanzado a los civiles, pero tal pareciera que nos estamos acostumbrando a este tipo de hechos, que nuestra capacidad de asombro ha quedado olvidada, las balas han alcanzado a ciudadanos que pagan sus impuestos, que estudian, trabajan e intentan vivir como ciudadanos responsables.

Las medidas de seguridad, que nos dice Wakentin, piensan implementar diversos centros educativos, nos deben de hacer reflexionar sobre si la estrategia de la guerra contra el narco es la correcta, por qué si el gobierno tiene la obligación de protegernos, de darnos seguridad, ¿por qué debemos de tomar más medidas? ¿por qué los ciudadanos deben de realizar tareas que le corresponden al gobierno?

Estas y más preguntas se deberían de tomar en cuenta y hacer una evaluación de la estrategia de seguridad que implementa el gobierno en todos sus niveles, acaso puede ser que sea una estrategia equívoca la de la guerra contra el narco, por qué no pensar en tener organismos de inteligencia que planeen ataques con la menor violencia posibles, si bien la inseguridad hizo imperante la ayuda del ejército, se debe pensar como retirar a las fuerzas armadas poco a poco de las calles, no necesitamos un Estado policía, pero sí un Estado que nos provea de seguridad, que no se vea superado por los grupos delincuenciales, que sea él, y sólo él, el que tenga el monopolio legítimo de la violencia.

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